Esta llama representa al Espíritu en su manifestación más alta: la consciencia, esa claridad que da estar conectado con la Divinidad, que nos permite encontrar paz, gracia y provisión Divinas. Cada vez que retiramos con amor creencias sociales, espirituales, de género, de lógica y/o profesionales cambia la forma como percibimos nuestro entorno, identificamos los aprendizajes y agradecemos las bendiciones, poniéndonos en sintonía de reconocer y recibir la gracia y provisión Divinas.
Su Arcángel es Uriel que significa "Dios es luz", nos da introspección y nuevas ideas al iluminar nuestra mente con inspiración Divina, es un sabio arcángel que trae el conocimiento y la práctica de la alquimia.
Algunos cristales que ayudan a conectarnos con el Arcángel Uriel son:
Te
invito a conectarte con la provisión Divina, su energía esta siempre en
movimiento y fluye en el dar y recibir, atrévete, abre el corazón y la
mente y recibe la gracia Divina, ¡manifiéstala en cada aspecto de tu vida!
Diana M.
- Pirita: ayuda a crear abundancia material. "Yo te conecto con la conciencia y la protección. Mi forma es el diseño cúbico Divino de la manifestación. ¿Qué es lo que deseas? Claridad, acción y confianza lo traerán a tu vida. Dios apoya tu misión y suple todas tus necesidades, el Universo es abundante en todos los sentidos".
- Citrino: aumenta el autoestima, es una herramienta de alineación que trabaja con el Ser Superior para sanar viejos patrones y atraer la abundancia. "Pozos mágicos de luz dorada dentro de mí reflejan la perfección universal. La abundancia milagrosa del Universo se manifiesta sin dudarlo cuando reconoces que tus pensamientos son monedas, yo facilito este intercambio de energía. Ves que la abundancia no es sólo dinero sino también salud, tiempo y relaciones que enriquecen la manifestación de tu propósito de vida con pasión y dedicación".
Cientos de veces experimentamos el gozo de ayudar, dar un abrazo, un consejo, regalos, dinero, incluso nos damos a nosotr@s mism@s, a los hijos, la pareja, la familia, los amigos, al trabajo y el corazón se expande y nos sentimos bendecidos. Pero cuando llega el momento de recibir, algo sucede, estamos tan acostumbrados a dar, que nos olvidamos de las bendiciones que hay en recibir. ¿Te has permitido al menos recibir el agradecimiento por lo que das?, ¿Te sientes apenado cuando alguien te brinda su ayuda o acaso sientes que no la mereces?.
Desde la luz que nos une, un gran abrazo de luz oro rubí.
Diana M.
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