Cada vez que cerramos los ojos para dormir nuestros ángeles están atentos a las intenciones que elevaremos. Durante el sueño, entramos en diferentes fases que nos alejan del ruido descontrolado que suele producir nuestra mente y la conducen a un estado de paz, se desconectan nuestros sentidos físicos, pero se encienden nuestros sentidos espirituales facilitando la amorosa comunicación con el reino angélico.
Este estado mental tranquilo y de aislamiento sensorial le permite a nuestro Ser interior vibrar en una frecuencia más elevada donde es sencillo interactuar con nuestros ángeles guardianes, guías y maestros espirituales, en esta interacción recibimos información que aclara nuestro norte, que ilumina nuestra mente con nuevas ideas o soluciones y recibimos entrenamiento espiritual que en el momento apropiado apoyará nuestro crecimiento.
Toda esta información permanece en nosotros hasta que decidamos traerla a la conciencia, así que no hay sueño sin sueños, cuando no recordamos nada, sólo se trata de una pérdida temporal de la memoria que con entrenamiento y constancia podemos recuperar. Gracias al libre albedrío tenemos la opción o no, de solicitar la asistencia angelical, cuando lo hacemos es cuestión de tiempo para empezar a recordar los sueños e interpretarlos con sabiduría Divina.
Cuando podemos recordar lo que experimentan nuestros sentidos espirituales nuestra creencia cambia, se hace más fuerte, se acerca a la verdad Universal y se aleja de nuestra verdad que está parcializada, dejamos de sobrevivir para empezar a vivir en la Gracia Divina.
Hay una corte de ángeles esperándote, atrévete a soñar con consciencia: antes de dormir agradece por las bendiciones del día y pídele a tus ángeles guardianes la información que tu corazón está ansioso por conocer, cuando despiertes, antes de levantarte escribe en tu libreta lo que recuerdas, no importa lo ilógico que parezca, a lo largo del día pide señales que te ayuden a interpretar o confirmaciones de lo que sientes que puede ser. Los ángeles no se enfadan, no se aburren, no son intolerantes cuando insistimos y preguntamos muchas veces, ellos son amor Divino y están felices de poder brindarnos su ayuda.
¡Sueña, siente, cree y vive!
Cuéntame como te va ;).
Desde la luz que nos une,
Diana M.
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