Hemos arraigado en nuestras células la creencia de lucha constante y sacrificio para alcanzar metas, creemos que entre más difícil sea el camino para llegar a nuestro objetivo más valiosa será la llegada, y si lo hacemos solos mayores serán las recompensas. Pero es posible que en ese recorrido, sintamos que estamos al límite de nuestras fuerzas, que el peso que hemos elegido llevar a cuestas está haciendo un agujero en nuestras relaciones, que nuestra mente y nuestras emociones parecieran estar en nuestra contra o que nuestro cuerpo físico no da más, pero al final lo conseguimos, llegamos a nuestro destino, un poco o muy exhaustos, tal vez enfermos, estresados o solos, en fin, incompletos, pero lo hemos logrado.
Si observamos con cuidado, parece uno de los relatos de nuestra infancia donde el héroe o heroína obtiene su final feliz no sin antes sortear una serie de obstáculos y haber hecho su respectivo sacrificio. Y si ahora es el momento de cambiar, si existe por lo menos una manera de hacerlo diferente, donde el sacrificio no es necesario, ¿estarías dispuesto a escuchar?.
Cierra los ojos y presta atención, escucha, un susurro o tal vez una voz fuerte que repite "no estás sol@, déjame ayudarte", son tus ángeles guardianes, dispuestos a servirte con pequeños o grandes detalles que harán de tu camino un sendero lleno de amor y tranquilidad que te permitirá enfocarte en lo importante: ¡Ser Feliz!.

"Querido Dios y ángeles guardianes, abro mi mente y mi corazón, elijo ser feliz y fluir amorosamente con el Universo, estoy dispuest@ a escuchar y recibir su ayuda, elijo aprender en el amor, reconocer su guía Divina y tomar las acciones necesarias para mí bien mayor y el de toda la humanidad".
¿Has experimentado alguna Dioscidencia?
Desde la luz que nos une,
Diana M.
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